lunes, 9 de noviembre de 2009

Los desastres de la guerra.


Con estos grabados Goya quiso relatar el horror de la Guerra de la Independencia española. La serie supone una brutal crítica a la sinrazón de un conflicto armado, sin tomar partido por ninguno de los dos bandos. Su espíritu ilustrado, que había depositado su confianza en la monarquía de José I, se vio traicionado por las brutalidades de los soldados de Napoleón. Así muestra tanto a los franceses como a los españoles como auténticas máquinas de matar.
En estas estampas se exalta a la razón y al valor, en la misma medida que se critica el fanatismo, la crueldad, la injusticia y los vicios que trajeron como consecuencia el terror, el hambre y la muerte.
Desde el punto de vista de la técnica, los Desastres de la guerra presentan una gran innovación: la
aguada. Se trata de la aplicación directa del aguafuerte sobre la plancha con un pincel sin que medie protección alguna en esta. Es una técnica que proporciona suaves tonos rompiendo la brillantez de los blancos pero sin trama alguna, como sería el caso de la resina. De gran efecto si se aplica en zonas pequeñas, resulta difícil controlar los resultados en superficies amplias, quedando una mayor intensidad en los bordes de la mancha donde ha actuado el pincel, del mismo modo que ocurre en la acuarela.
Goya emplea en esta serie el mismo lenguaje visual que empleara en los
Caprichos, la atención se centra con el reclamo que ejercen los blancos y que introducen al espectador en el contenido de la estampa. Goya pudo plantearse la aguada como la solución ante la carencia de aguatinta, y la mala calidad de los materiales, barnices y resinas, que se evidencian en las falsas mordidas del ácido.

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