lunes, 9 de noviembre de 2009

Retratos de la reina Mº Luisa


La reina Mª Luisa

La reina está representada a la edad de treinta y siete años, vestida de protocolo con traje de ceremonia que sigue la moda francesa. El vestido se ajusta al cuerpo por un corpiño de talle puntiagudo, con falda de poco vuelo, sin ahuecar con miriñaques o armaduras; pronunciado escote levemente cubierto por una fina mantilla llena de transparencias y veladuras; mangas ceñidas que cubren sólo el antebrazo rematando en el codo con finos encajes. El peinado se mantiene voluminoso pero ya sin empolvar y lo más llamativo es el exagerado tocado, denominado escofieta, en la que a modo de cofia se mezclan puntillas, cintas, lazos y plumas, y cuyas delicadas calidades destacan sobre el fondo oscuro.

En el pecho lleva una medalla con la cruz azul de la Orden Imperial de la Cruz Estrellada, condecoración que era otorgada por los monarcas del Sacro Imperio Romano Germánico. En la mano derecha sostiene un abanico cerrado, algo muy habitual en sus retratos, y la izquierda cae de forma lánguida. Nuevamente sobre el fondo aparece el gran cortinaje verde, ocultando un mueble sobre el que reposan los atributos reales: la corona y el manto de armiño.

En cuanto al rostro, Goya vuelve a intentar reflejar algo más que el semblante, busca individualizar y caracterizar al personaje, captar su temperamento. Lo consigue reproduciendo su penetrante mirada que conjuga con una insinuada sonrisa que, más que simpatía, denota seguridad. Resulta el retrato de una mujer astuta y dominadora, sin ningún sentido del ridículo en cuanto a sus gustos en el vestir.



La reina Mª Luisa a caballo

El retrato ecuestre de la reina María Luisa de Parma fue realizado años antes que su compañero, el de Carlos IV a caballo. La reina quería ser retratada sobre el caballo Marcial, regalo personal de Manuel Godoy, mostrándose satisfecha por haber conseguido domar al animal. Contemplamos a doña María Luisa vistiendo uniforme de coronel de Guardia de Corps, adaptado a su condición femenina, portando las riendas de Marcial con elegancia y naturalidad. Al fondo observamos un paisaje con un palacio, posiblemente El Escorial donde Goya tomó los bocetos preparatorios.El maestro continua la estela del retrato ecuestre español que Velázquez puso de moda para el Palacio del Buen Retiro. Concretamente se inspiraría en el retrato de Isabel de Borbón, aunque el caballo goyesco quizá sea más verosimil al adquirir mayor volumen. La figura de la reina se situa sobre un fondo claro, contrastando con los tonos oscuros del uniforme. Su gesto altanero está perfectamente captado, igual que la fuerza con la que sujeta las riendas, mostrando de esta manera quien es la persona que domina el país.La factura empleada por Goya se caracteriza por su soltura, creando los volúmenes a través de manchas de color y de luz, especialmente en el paisaje. Los detalles del traje de la reina y de la gualdrapa del caballo están exclusivamente esbozados, sin recurrir a la minuciosidad de los primeros retratos - vease el del Genaral Ricardos -. Este estilo rápido y alegre va a caracterizar la obra goyesca en el siglo XIX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario