lunes, 9 de noviembre de 2009

Escenas violentas.



La riña en la venta nueva.




Durante el mes de agosto de 1777, Goya entregó una serie de cartones destinados a servir como modelo para los tapices que decorarían el comedor de los Príncipes de Asturias en el Palacio de El Pardo: la Riña en la Venta Nueva, el Quitasol, el Bebedor y la Maja y los embozados.La riña representa una pelea en una de las múltiples ventas de las afueras de Madrid, posiblemente en la zona norte, al apreciarse la sierra de Guadarrama al fondo, aunque desproporcionada. La disputa ocupa el centro de la imagen, mientras a la derecha encontramos la mesa de juego con las cartas que han originado la trifulca y el ventero recogiendo el dinero. Tras él ha llegado un policía, con una pistola en la mano. Según el propio Goya, los hombres que están enzarzados en la pelea son de diferentes provincias, llevando cada uno el traje de su región. El que reparte los puñetazos sería un murciano. Junto a este grupo, hay otras dos figuras peleando; uno de ellos muerde a su contrincante.La escena no puede ser captada con más naturalidad, como si fuésemos testigos de excepción de este jaleo provocado por el juego, lo que se puede entender como una lección de moralidad. Goya ha "fotografiado" la situación y a través de su cuidado dibujo, vivísimo colorido y rápida pincelada nos deja una preciosa estampa de la vida del siglo XVIII.Se puede apreciar como por aquellas fechas aun no se había reglamentado la gramática de la Lengua Española, al observarse que Goya ha escrito "Venta Nueba"




Duelo a garrotazos.




Duelo a garrotazos es la más popular de las Pinturas Negras realizadas por Goya para decorar las salas principales de la Quinta del Sordo, donde vivió, desde 1819 hasta 1824, junto a Leocadia Zorrilla y su hija Rosarito. La sala superior era donde estaba colocada la obra, compartiendo la pared con las Parcas. En la escena vemos a dos hombres, enterrados hasta las rodillas, que luchan a bastonazos; según muestran las radiografías, Goya no enterró a ambos personajes, sino que fue el restaurador de toda la serie, Martínez Cubells. Al fondo se observa un paisaje donde también se aprecia la mano del restaurador. El Duelo a garrotazos siempre ha sido considerado como un enfrentamiento fratricida, aludiendo a las guerras civiles españolas, aunque se puede extender a la violencia innata del ser humano que tanto criticaba la Ilustración. Por lo tanto, sería la imagen más real y cruel de las Pinturas Negras, donde se elimina todo elemento fantástico. Es una de las más coloristas de la serie, lo que puede ser interpretado como un rayo de esperanza y de vida tras el final de la violencia. Demuestra, por tanto, la preocupación de Goya por la situación política que le tocó vivir, angustia que llevó hasta su propia casa.

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